Hoy es 9 de mayo. Abro el FB y lo primero que me encuentro es una entrada que comparte Lorena Wolffer sobre el origen del día de la madre en Estados Unidos en el que se plantea que esta celebración surgió en 1879 cuando Julia Ward Howe, ante los desastres de la guerras de aquel momento, escribió la Proclamación del Día de la Madre, cuya traducción encontré en Wikipedia y dice así:
Pienso en la situación actual de México. En las muertes y desapariciones. En los feminicidios. En la marcha de mañana. Y me pregunto, ¿Qué tipos de alianzas tenemos que fortalecer hoy para acabar con esta violencia? ¿Es posible?
Sigo leyendo FB y me encuentro con una entrada de mi querida Gabriela, que comparte materiales de la primera manifestación feminista en México, que fue en contra del mito de la madre. En mi exposición en el MUAC hay una ampliación de este pequeño volante que se encuentra en el Archivo Ana Victoria Jiménez en la Universidad Iberoamericana. Aquella protesta fue el 9 de mayo de 1971. El día antes del día de la madre….
En mi expo en el MUAC están algunos de estos documentos. Mi favorito es el volante de la manifestación en contra del mito de la madre, que marca una forma diferente de entender y hacer política, más allá de la lucha de clases y cuestiones económicas que era como yo recuerdo que se entendía en ese momento. Siempre que lo veo me pregunto ¿Ante qué autoridad se protesta en contra de los mitos? ¿Ante quién, empezando por nosotras mismas que nos hemos tragado y hemos promovido estos mismos mitos? Plantear que había que transformar la cultura a fondo, de adentro hacia afuera y viceversa, fue una forma radical de repensar la política y lo político. Y sí, para mi personal es político, y por lo mismo, lo cultural (y de pasadita lo artístico) también lo son.
Sigo leyendo el FB y me encuentro la documentación de la visita que le di ayer a quienes integran las Jornadas de Belleza Itinerante durante la activación de la pieza Maternidades Secuestradas, que documenta el performance/manifestación que hicimos el 11 de mayo de 2012 y cuya documentación completa en está en mi blog De archivos y redes. Aquella fue La Protesta del día Después.
En el museo lo que hemos estado haciendo es invitar al público a integrarse a la protesta, poniéndose un delantal de Maternidades Secuestradas y tomando una de las pancartas que hicimos específicamente para esta instalación que hablan de problemáticas en torno a la maternidad en el medio artístico.
Esta reactivación de la pieza me gustó mucho porque el contingente real era casi tan grande como el contingente documental. Es el momento selfie de la exposición.
Me inquieta el mundo. Pienso que el día en el que todas las maternidades sean voluntarias y gozosas, ese día terminarán la mayoría de los problemas de la humanidad, incluyendo los bélicos, los económicos y muchos de los de género. Lo malo es que estamos muy, pero muy lejos de llegar a ese punto.
Por lo pronto, partiendo desde lo divertido e interesante que ha sido reactivar esta pieza en el museo, durante los próximos 3 días estaré compartiendo en el grupo de Maternidades Secuestradas en FB esta serie de fotos de las distintas personas que se han integrado a ésta.
Mónica Mayer. 9 de mayo de 2016
Los hallazgos del archivo. Acabo de encontrar esta imagen. Es la carta que dejé en la sala cuando me censuraron la seria La Dolorosa que hoy se expone en el MUAC. Dice lo siguiente:
29 de octubre de 80.
Los cuatro dibujos que originalmente estuvieron colgados aquí fueron retirados. Un grupo de personas se ofendió con mi trabajo y lo tomó como un sacrilegio y una ofensa a la Virgen. Siento mucho que estas personas no hayan comprendido que estas imágenes no son en contra de la Virgen, sino en contra del rol social que mantiene a la mujer sumisa y oprimida. Aún cuando presenté un escrito explicando mi planteamiento, dicho grupo amenazó al Anglo Mexican Insitute con denunciarlos ante Gobernación. Es triste pensar que aún hoy en día ciertos grupos tengan que recurrir al chantaje para presentar sus puntos de vista en lugar de dialogar. Los invito a que presenten sus puntos de vista en el cuaderno a la entrada y que piensen sobre el peligro que implica este tipo de censura. Mónica P. Mayer
Aquello fue una gran experiencia porque aprendí a no quedarme callada ante la censura, pero también me hizo reconsiderar el tipo de imágenes que utilizaba porque mi objetivo no era confrontar, sino plantear problemáticas. Si van a la expo, verán en dibujos posteriores cual fue mi estrategia.
M. Mayer, mayo 2016
Unos días antes de la Movilización Nacional en contra de las Violencias Machistas del 24 de abril de 2016, mi querida colega Adriana Isis Pérez de Zacatecas me escribió para preguntarme si podía utilizar El Tendedero para el evento que tendrían por aquellos rumbos y, naturalmente, acepté gustosa. A continuación les dejo un texto de Isis y otro de Jael Alvarado Jáquez quien también participó.
El tendedero del 24
La cita era a las cuatro, nos instalamos a la sombra de un arbolito y estiramos las liniecitas que servirían de soporte a los papeles que dispusimos en una mesa blanca y grande, sacamos los bolígrafos y yo tenía esa cosquillita en la panza como cuando ponía mi tiendita cuando niña, quería conocer las historias de las mujeres de mi pueblo de su puño y letra, sin retórica partidista.
Llegaron las primeras compañeras a poner su historia en los papelitos rosas. Fue muy difícil escuchar a mis amigas de toda la vida hablar de sus experiencias ante el acoso algunas sufridas desde muy pequeñas y que por culpa o porque “así son las cosas” no habíamos platicado antes. Entonces empezaron a acercarse las que no venían en la bola, las señoras y muchachas que asisten comúnmente a la plaza como todos los domingos a comer un elote después de la misa y platicar sin descanso en compañía de las amigas. Alcancé a oír comentarios en los que las chicas narraban sus experiencias a las amigas mientras las escribían y también me di cuenta que las señoras mayores guardaban silencio mientras hacían lo propio con caras largas y severas recordando los momentos que tanto las han hecho sufrir. Nos encontramos algunas jovencitas que ante la pregunta de si han sido acosadas solo escribieron un “NO” lo cual nos hizo pensar si realmente han tenido semejante suerte o si el acoso es tan “normal” que pareciera que no existe.
Recuerdo también con mucho cariño a la señora Martha que pudo escribir nada en su papelito pero me contó de cómo cuando era muy pequeña fue abusada continuamente por su padrastro, lloramos y nos abrazamos fuerte y antes de irse me dijo que agradecía a Dios por encontrarme en su camino, yo le insistía que teníamos que estar juntas y fuertes que nunca es la culpa del abusado el abuso y cosas así como mantra como para convencerme yo de que nunca fue mi culpa. Estuvimos serias a ratos pero nos regresaba el gusto y los chistes porque a fin de cuentas no estamos solas y si insistimos el acoso y el abuso se tienen que acabar.
Desde que conozco el trabajo de Mónica Mayer lo he admirado profundamente y en particular la pieza del tendedero es una en particular que si bien no goza del humor que tienen otras piezas, tiene una característica fundamental que es la de establecer nexos y complicidades. Pedimos a Mónica nos prestara tantito a este hijo suyo para alimentarle un poquito, darle unas “gorditas de horno” y pensando que lo ayudaríamos a crecer, las que crecimos fuimos nosotras.
Isis Pérez
Guadalupe, Zacatecas
Hoy acompañé un ratito a mi querida Isis Pérez en una acción para hacer visible el acoso: se les pedía a las mujeres que escribieran de manera anónima sus historias y las colgaran en un tendedero.
1. De todas las participantes, dos mujeres atrajeron mi atención, las dos tenían más o menos la misma edad (entre 50 y 60 años) y, cada una en su momento y de forma separada, reaccionaron de forma muy distinta frente al ejercicio.
Una lloraba, agobiada por la emoción, agradecía la posibilidad de poder contar su historia, de sacar un dolor encerrado por años.
La segunda mujer estaba de paso y se detuvo a leer lo que estaba escrito en las hojas del tendedero. Isis le extendió un papelito rosa y la invitó cortésmente a escribir la historia de su primer acoso. "Esas son cosas de las mujeres de ahora", dijo la señora, "cuando yo era joven no existía tal cosa. Lo que ustedes ahora llaman acoso era la forma en la que los muchachos se acercaban a conocernos y de ahí nos hacíamos novios".
Nos dolió pensar en lo bien asimilada que tenemos la violencia como para no percibir la diferencia entre cortejo y acoso.
2. No alcancé a ver el performance que hizo Isis sobre la violencia obstétrica, pero mientras me contaba detalles de su acción y los horrores a los que hacían referencia, pensaba en como a lo largo de los años he ido suavizando en mi recuerdo muchas cosas que viví en mis dos cesáreas y que no me parecieron agradables ni buenas. Es como una pugna interna entre lo que sé qué estuvo mal y una actitud de "Olvídalo. Todo salió bien a pesar de todo. Tus bebés nacieron sanos. Sufrir en esos procesos es inevitable. No te fue tan mal".
Ahí está otra vez la violencia, remachadita en nuestra cultura: las mujeres tratamos de convencernos de que el maltrato obstétrico es en favor de la vida de nuestros hijos y hasta debemos estar agradecidas de todo lo que nos hacen, por salvaje e irrespetuoso que sea. Porque, al final, cuando vemos a los chamacos buenos y sanos, se nos olvida nuestra propia molestia y dolor
(Además ¿no se supone que debemos parir con dolor como Diosito lo dipuso en el inicio de los tiempos? Aguántate. Sé mujercita. Bien que te gustó hacerlo. No seas tan pinche exagerada...)
Jael Alvarado Jáquez
EL TENDEDERO. La actividad cotidiana de “tender ropa” fue tomada en la instalación de la artista Mónica Mayer hace casi 40 años, en una obra que sigue viva.
En lazos, con ganchos para tender ropa y al aire libre, se cuelgan papelitos color rosa. Los papeles narran sucesos de acoso callejero que viven las mujeres al transitar por una ciudad en la que, sólo por su género, son trastocadas con miradas, sonidos, frases y hasta “toqueteos” intimidatorios.
“El tendedero” de Mayer ha sido reactivado y retomado en muchos espacios.
Centro Cultural Universitario (CCU). Es un martes por la tarde, faltan algunos días para que dé inicio la exposición "Si tiene dudas... Pregunte" en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y en donde se situará "El tendedero" por varios meses.
Junto con Mónica y otras participantes, caminamos por los espacios del CCU volviendo “El tendedero” una instalación móvil. Le pedimos a mujeres que contesten cuatro preguntas, las respuestas se cuelgan en el lazo, las cuales son leídas con curiosidad por otras personas.
Algunas mujeres que participan en la instalación se desconciertan con el tema o se sienten avergonzadas, otras escriben sin reserva. Yo me acerco a pequeños grupos de mujeres, ellas, entre enojos y risas, describen las agresiones que han sufrido en el transporte público. “No hay que ser mayor de edad para recibir insultos, tenía como 10 años cuando un tipo me molestó en la calle”. “La última vez que me acosaron fue ayer”. Una mujer, al pasar, se interesa en nuestra plática: “¿Puedo participar también?”. Otra mujer pide que se incluya a los hombres en la actividad, pues ellos son violentados de muchas maneras en la calle. Se crea empatía con cada persona que participa, es una atmósfera íntima.
Actualmente, hay un gran número de trabajos que se están realizando en contra del acoso callejero hacia las mujeres: acciones artísticas, movilizaciones civiles y apoyo para penalizar del acoso. El tema tiene una gran capacidad de convocar gente: todas las mujeres que transitamos en la ciudad nos hemos sentido intimidadas con gestos, agredidas con frases y enojadas de que un desconocido nos tocó sin nuestro consentimiento. Parece una experiencia obligada en nuestra vida diaria.
El tendedero es la construcción de un espacio de confianza y confesión, que se contrapone a agresiones que nos tomaron desprevenidas, donde muchas veces no pudimos hacer algo más que gritar, reír o llorar. Participar en las luchas y acciones actuales nos permite ir más allá.
En las reactivaciones de "El tendedero" se intercambiar miradas y gestos comprensivos; se impulsa un fuerte deseo de que las mujeres nos sintamos tranquilas y seguras al caminar por la calle y, sobre todo, se lucha por que se deje de normalizar la violencia hacia la mujer. 'El tendedero' que inició hace 40 años, dejará de tener vida cuando esto se logre en nuestra ciudad.
Betsabé Piña. 19 de abril de 2016
Querida Mónica,
Entre tantas cosas por fin puedo continuar con nuestros intercambios para el blog.
Me gustaría que nos detengamos en esa serie maravillosa tuya Diario de las violencias cotidianas. Estaba pensando sobre las críticas que Maris y vos realizaron sobre la institución de la maternidad, que de ninguna manera desvincularon del trabajo artístico, con lo cual llegaron a la conclusión que las artistas realizan una triple jornada.
Me gustaría que me comentaras cómo crees que impactó tu primer maternidad sobre tu trabajo que te lleva, a través de la agudeza feminista, a pensar esto y a vivir esas violencias cotidianas que reflejás en esta serie.
Te mando un beso grande,
María Laura
Editatón Mujeres Artistas 2016 fue un proyecto que consistió en la redacción de un escrito sobre una artista mexicana para la plataforma digital Wikipedia. La iniciativa surgió en torno a las festividades por el día Internacional de la Mujer y como parte de las actividades de la exposición Si tiene dudas…. pregunte: una exposición retrocolectiva de Mónica Mayer realizada en el MUAC-UNAM. Desde el primer momento que escuché sobre el proyecto, me interesó colaborar en él, ya que la reivindicación de las mujeres artistas dentro de la historia del arte, ha constituido uno de mis principales intereses tanto personales como profesionales. Por lo que le agradezco enormemente a mi maestra Karen Cordero por haberme invitado a organizar y colaborar en este enriquecedor proyecto.
Cuando comencé a trabajar en la iniciativa, la primer tarea fue realizar una lista de las artistas mexicanas a través del proyecto Archiva, MUMA (Museo de Mujeres Artistas Mexicanas) así como archivos y libros de la biblioteca de Mónica Mayer, con quien tuve el gusto de trabajar arduamente durante varios meses. Después de esta revisión logramos identificar alrededor de 400 artistas que no tenían entradas en Wikipedia o que la información era insuficiente. A través de esta investigación me di cuenta que a pesar de la sólida trayectoria artística que poseían varias artistas, no tenían información en la plataforma. Asimismo sobre los pocos escritos de las artistas que tenían entradas en Wikipedia, estos estaban redactados desde una mirada patriarcal, se abordaba más la relación de las artistas con los grandes artistas masculinos, que la importancia de sus obras y aportaciones en el campo artístico. Lo que me hizo reflexionar sobre el largo camino que aún falta por recorrer para lograr la equidad de género.
Para cumplir nuestro objetivo, el equipo Editatón conformado por Karen Cordero, Mónica Mayer, Alejandra Gorráez y yo nos dimos a la tarea de convocar a artistas, investigadoras, historiadoras y crítica de arte para escribir una entrada para una o varias artistas de la lista pre- seleccionada (la cual no fue excluyente y quedó abierta a cualquier propuesta) Fue sorprendente que muchas personas estuvieron interesadas en participar en el proyecto y desde su campo de estudio realizaron una contribución e la construcción de una historia feminista del arte. Me alegró mucho la disposición de las y los participantes para la asistencia a los talleres, el tiempo dedicado para preparar su texto y la disponibilidad para acudir el 5 de marzo a la sedes MUAC-UNAM y Fundación Alumnos 47 para editar y subir su texto a Wikipedia.
El proyecto fue una forma de unir fuerzas, de compartir conocimientos y experiencias para enriquecernos. Nos permitió unirnos para cumplir un propósito en común: la lucha contra la desigualdad de género. Los feminicidios, la discriminación de género en el campo laboral, la falta de espacios para poder ejercer una maternidad plena, la violencia simbólica de la que las mujeres somos víctimas continúa vigente. Esta discriminación de género también permea en el arte y se hace evidente en una historiografía que oculta el trabajo de las artistas mujeres, que escribe desde la visión patriarcal, donde la mujer es la compañera, esposa, pareja, siempre en un segundo plano e imposibilitada para adquirir la grandeza de su compañero masculino. El Editatón nos permitió hacer evidente esta discriminación de género y al mismo tiempo formó un grupo de trabajo para continuar luchando por la equidad y por la construcción de espacios más justos y equitativos. De manera que gracias a la colaboración de los y las 69 participantes logramos redactar 100 entradas de artistas, arquitectas, historiadoras, críticas y gestores de arte. Esto constituye un primer esfuerzo para visibilizar y reconocer el trabajo de las artistas pero al mismo tiempo esta iniciativa fue el principio de muchos proyectos futuros en torno al arte y el feminismo, que nos permitirá continuar luchando por la equidad de género.
A principios de marzo se pusieron en contacto conmigo de Amnistía Internacional México para invitarme a colaborar con ellos el 8 de marzo presentando El Tendedero frente al Palacio de Bellas Artes.
Acepté inmediatamente. Nada me emociona más que la pieza agarre su propio caminito. Era poco tiempo, pero entre la enorme experiencia que tienen ellos y el hecho de que ahorita tengo todos los materiales a la mano (afortunadamente mandé a hacer 100 mandiles), resolvimos la logística en tres patadas. Por su parte, las autoridades del INBA se portaron muy amables y facilitaron que todo se llevara a cabo sin contratiempos.
Para este Tendedero decidimos dejar las mismas preguntas, pero hacer hojitas para respuestas tanto en color rosa, que es el que generalmente utilizamos, como en amarillo, que es el de Amnistía Internacional. Participamos algunas de las integrantes del taller paralelo a la exposición Si Tiene Dudas… pregunte, que estoy dando en el MUAC y miembros de Amnistía. Nosotras con nuestro mandil y ellos con su casaca amarilla y encima el delantal rosa.
Yo pensé que mi participación en la pieza sería recolectando respuestas del público, pero me pasé contestando las preguntas de todos los reporteros que llegaron. Me apantalló el poder de convocatoria de Amnistía.
Fotos Amnistía Internacional México
Las hojitas rosas y amarillas rápidamente fueron llenando la estructura que llevó Amnistía y, a pesar del calor y el ventarrón que nos acompañó, terminamos felices antes de las dos de la tarde.
Unos días después, el 22 de marzo, recibí un mensaje a través de FB de Zinayda Quiñonez, a quien no tenía el gusto de conocer, compartiendo la documentación del tendedero que hicieron en Fe y Alegría Popular Uno Popularte, la escuela en la que imparte clases de arte en Medellín, Colombia, inspirados en El Tendedero de Medellín que se presentó en el MDE15 en el Museo de Antioquia.
El ejercicio fue durante Homenaje al día Internacional de la lucha de la Mujer por la igualdad de derechos y se invitó a los estudiantes desde el octavo al onceavo grado a responder a las preguntas:¿Cómo te sientes cuando estas caminando sola por una calle a la media noche? ¿Cómo hombre qué piensas cuando alguien te dice que te comportas como una mujercita/niñita? ¿Consideras ofensivos los piropos que te dicen en la calle? ¿Te sientes cómoda cuando alguien te mira de arriba abajo mientras caminas por la calle? ¿Sientes que si alguien te dice un piropo en la calle estaría invadiendo tu privacidad?Cada estudiante seleccionaba una pregunta para contestar y agregaban su respuesta al tendedero. También les platicaron de mi pieza. ¿Qué más puedo pedir?
Fotos Zinayda Quiñones
Algunas de las notas que se publicaron sobre El Tendedero con Amnistía Internacional
Invitación: El Tendedero, una instalación de Mónica Mayer contra el acoso callejero. Comunicado de Amnistía Internacional
Instalación de AI y Mónica Mayer contra el acoso callejero por José Antonio Román, La Jornada
Artista cuelga “El tendedero” con experiencias de acoso por Mónica García, Milenio
Mónica Mayer, abril 2016